¿Cómo construir una base sólida para el futuro?

¿Cómo construir una base sólida para el futuro?

Podríamos hacer una analogía entre el cerebro y una casa. Así como una casa debe estar construida sobre una base sólida para perdurar en el tiempo, con el cerebro ocurre lo mismo. En ambos casos, esa base se construye paso a paso y cada peldaño es necesario para alcanzar el siguiente. 


En el área del lenguaje por ejemplo, hay muchísimos pasos previos antes de llegar al habla propiamente tal y estos comienzan a desarrollarse desde los primeros meses de vida. El balbuceo, la sonrisa social, el aprender a interactuar (escuchar y luego responder) y el uso de gestos, son peldaños que se apilan unos sobre otros para llegar al desarrollo del habla. Esto ocurre con todas las áreas del desarrollo y entender esta progresión nos permite acompañar el proceso de mejor manera. 


Para que esto sea posible, debemos entender lo más básico: las guaguas nacen con un billón de neuronas, sin embargo, todas desconectadas entre sí. Es a través de las experiencias e interacciones que éstas se van conectando, dando paso a los circuitos cerebrales. Primero se forman los circuitos más simples como la visión y audición, sobre esos otros más complejos como el lenguaje y sobre estos últimos, otros aún más complejos como la resolución de problemas. Para llegar a esto, es necesario que ocurran un millón de conexiones neuronales por segundo y el cerebro va creciendo a pasos agigantados. 


La eterna discusión ha sido si es por causa de la genética o de la experiencia que se genera esta compleja estructura de redes. Pareciera ser un poco de ambas: La genética determina en qué momento se abre una ventana de oportunidad para el desarrollo de las distintas habilidades, pero cómo se desarrollan depende de las experiencias y las condiciones del entorno. Por esto lo que ocurre en esos primeros años determina habilidades tan importantes como la capacidad de manejar las emociones, de establecer relaciones sanas con l@s demás y de resolver problemas, entre muchas otras cosas.


La evidencia, por lo tanto, es reveladora: esos primeros años son determinantes para el futuro desarrollo de un individuo, y por ende de la sociedad. ¡Hay mucho por hacer! 


Bajo esta reflexión, nace Mildías. Por una doble necesidad: por un lado, de generar conciencia sobre la importancia de esos primeros mil días fuera del útero, y por otro, de la necesidad de acompañar y empoderar a tantos papás y mamás que están constantemente preguntándose, ¿lo estaré haciendo bien?


En una era en la cual hay tantos recursos disponibles, es difícil saber qué hacer y qué no hacer. Uno se cuestiona constantemente si va por buen camino. 


En Mildías no buscamos presionar o apurar sino acompañar el desarrollo. Y para esto, ponemos a disposición de tantas familias los maravillosos descubrimientos de las ciencias traducidos a prácticas simples y amigables. El material que ofrecemos, tanto en nuestras RRSS como en nuestras guías, ha sido elaborado a partir de evidencia científica. En él puedes encontrar ideas super novedosas y otras que son bastante intuitivas, es decir que tanto mamás como papás hacemos regularmente con nuestros hijos. Pero cuando entendemos la importancia de hacerlo y la teoría que lo respalda, lo hacemos de manera más consciente e intencionada, lo que es muy beneficioso para el desarrollo de un(a) niñ@. 

De todas formas, tratamos de enfatizar a nuestras mamás y papás tres cosas: 

  1. Cada guagua tiene sus propios tiempos y hay que respetarlos.
  2. Confía siempre en tu instinto ya que nadie sabe mejor que tú qué necesita tu guagua.
  3. Toda familia tiene en sus manos las herramientas para potenciar el desarrollo de su hij@ al máximo. 

En Mildías, queremos que cada mamá, papá o cuidador sea consciente de que el cerebro de su guagua está creciendo a pasos agigantados y tiene todo en sus manos para acompañarl@ en este proceso. Para esto, nuestra sugerencia (basada en evidencia científica) es volver a lo esencial:  jugar y conectar con ell@s, enseñándoles a través de lo cotidiano cómo funciona el mundo y generar un entorno enriquecedor para la exploración mediante actividades, elementos y juegos simples. 


¡No esperes para empezar!, como dijo María Montessori: “El aprendizaje comienza al nacer”.