Los beneficios que tiene el incorporar mascotas en la vida familiar desde la primera infancia

Los beneficios que tiene el incorporar mascotas en la vida familiar desde la primera infancia

Mi nombre es Camila, mamá, emprendedora y la persona tras la comunidad de @criarconpelos. Desde siempre he sido amante de los animales, y hoy comparto mi casa con varios pelados y peludos que forman mi familia. La primera en llegar fue la Brille, mi border collie, mi partner, y de quien no me separé más. Luego conocí a Diego, hoy padre de los pelados, y mi cómplice en esta aventura. El venía con una yapa maravillosa que hoy tiene 7 años y que desde el minuto uno entendió y aceptó lo que significaba ser parte de una familia con pelos. Pronto llegarían más integrantes con pelos, por un lado (la Bluma, hija de la Brille, y la gata loca Bast y la regalona Ruhe), y sin pelos, también: nuestro pelado, el Ingo, que tiene actualmente 2 años, y que ha venido a confirmar que nuestra forma de criar es maravillosa.

No sólo se ha comprobado en nuestro caso que los niños que crecen junto con animales están menos afectados por alergias y enfermedades respiratorias, sino que hemos visto muchos otros beneficios de la relación temprana entre niños y animales tanto para la salud física como para la salud mental y emocional de nuestros hijos. Por ejemplo, cuando el Ingo era chiquitito y lo poníamos de guata, siempre intentaba seguir a las perras que se paseaban por delante de él. Esta estimulación hizo que comenzará a girarse y moverse precozmente de manera libre, sin que nosotros tuviésemos que hacer nada. Y hoy día son un apoyo fundamental para evitar el sedentarismo, ya que no sólo salimos a pasear, sino que están en constante movimiento jugando con ellas. En el plano emocional, cuando mis niños están desanimados, cansados o tienen pena, las perras son las primeras en acompañarlos y contenerlos. Se dan cuenta rápidamente de que están bajoneados, y los lengüetazos y la intención de sacar una sonrisa no paran hasta que lo logran. Así mismo pasa para el otro lado. El último accidente que tuvimos fue una intoxicación de la Bluma, y los niños se turnaron para estar con ella, acompañarla y regalonearla, pero también supieron darle su espacio para sanar. Son momentos que además nos permiten hablar con ellos de manera más directa sobre la vida y la muerte, lo que les permite estar más preparados ante un nacimiento, enfermedad o muerte dentro de la familia. Asimismo, los animales nos pueden ayudar a disminuir el estrés y aumentar la seguridad. Esto lo pude ver cuando trabajé junto a Brille y Bluma en terapia asistida, y hoy lo usamos en la casa. Por ejemplo, practicar alguna nueva habilidad (como leer, o hacer una disertación) frente a los perros en vez de frente a los papás puede darles menos vergüenza y darles así más seguridad en sí mismos para seguir practicando. Por ultimo y no menos importante es el beneficio que significa para la casa el tener perros, que rápidamente aspiran y trapean debajo de la mesa (y de la Clak) una vez que los pelados chicos terminan de comer. 

Pero si bien la crianza multiespecie trae muchos beneficios, también quiero destacar que es una tarea que implica una gran responsabilidad de los adultos, donde tenemos que estar siempre atentos y mediar cada situación, protegiendo tanto a pelados como a peludos de posibles situaciones riesgosas. Nunca hay que confiarse y siempre hay que recordar que ni niños ni animales tienen autocontrol para mantener sus instintos a raya, especialmente en situaciones incómodas.  

En nuestra filosofía, al igual que probablemente en cualquier otro estilo de crianza, el respeto es la base. En esto no se hace diferencia entre animales y humanos. Tanto los peludos como los niños tienen que aprender la correcta forma de comunicarse y convivir en base al respeto. Por eso siempre nuestra línea ha sido la de enseñar y motivar una relación de igualdad, siguiendo el principio de no hacer lo que no te gustaría que te hagan a ti. La empatía es un valor fundamental en nuestra casa, y hemos podido ver que los niños desde muy pequeños pueden empezar a desarrollarla. Lo principal es saber que nuestro comportamiento va a modelar el de nuestros hijos mucho más que nuestras palabras (enseñar con el ejemplo) y que es necesario ajustar nuestras expectativas a lo que nuestros niños son capaces de entender y aprender en cada etapa de su desarrollo. En el camino, y hasta que puedan aplicar bien estos principios, es nuestro deber proteger a nuestros animales. Protegiendo al comienzo a nuestros animales de nuestros niños, estamos protegiendo a nuestros niños de nuestros animales a futuro.

Para mí siempre estuvo claro que la llegada de los hijos iba a hacer crecer la manada y que íbamos a tener que cada uno encontrar su lugar en ella. Los beneficios de crecer entre animales los he vivido en carne propia, por lo que no tenía dudas al respecto. Lo que no me esperé fue la cantidad de comentarios negativos que recibí durante mi embarazo al respecto. Fue impactante con cuanta naturalidad me preguntaban que qué iba a hacer con mis perras cuando naciera mi hijo, que si no me preocupaba que lo lengüetearan entero, que si no me daba miedo que se lo fueran a comer (si, me dijeron incluso eso). Mamás y papás sabemos que no faltan los consejos no solicitados en temas de crianza, y aunque me molestaban, me di cuenta de que provenían de la ignorancia, y no de la maldad.  Fue así como decidí comenzar a visibilizar, concientizar y romper mitos en relación con la crianza multiespecie. Así, Criarconpelos nace para acompañar y compartir experiencias con otras familias que están en la misma situación, y se ha creado una comunidad increíble de personas que muchas veces se sentían muy solas en su decisión y que hoy tienen más recursos para generar una crianza entre niños y animales de manera respetuosa (para todos).

Tener una familia maravillosa con pelos es posible, pero requiere trabajo y compromiso. Todos quienes tenemos animales queremos la foto maravillosa de nuestros niños pelados y peludos juntos, y las redes sociales muchas veces nos pueden hacer creer que esto se da de forma natural y que si no me funciona estoy haciendo algo mal. Y esto no es así. La “perfección” en esta relación no significa que sean todos mejores amigos y anden juntos todo el día, sino lograr que cada uno encuentre su lugar y se sienta cómodo con el otro cerca. En mi caso, una de mis perras busca constantemente el contacto con los niños, y se mete a su cama en las noches si logra pasar desapercibida. La otra prefiere su tranquilidad, y se acerca de vez en cuando a ver que está pasando. Y así lo aceptamos. Lo mismo pasa entre hermanos. Por eso es que mi principal consejo es entender a los animales, respetarlos y no pasarlos a llevar. El amor incondicional, la fidelidad y el disfrute de ver como se acompañan los niños y sus mascotas serán un regalo que hará que todo el esfuerzo valga la pena. En esta casa los animales son parte de la familia, y cada uno tiene su lugar.